sábado, 26 de marzo de 2016

Presentación del libro “El Salvador en tiempos de Monseñor Romero” de Héctor Grenni

Si hubiéramos buscado coincidir en fechas y conmemoraciones de seguro no sale el plan. La fecha de la presentación del libro se nos fue postergando por diversos motivos y llegamos -sin pretenderlo así- a concretar en el 15 de agosto 2015, sábado en el que comenzábamos nuestra jornada Luna Nueva en El Solar. Para quienes no lo saben, Óscar Arnulfo Romero y Galdámez nació el 15 de agosto del año 1917 en Ciudad Barrios, municipio de San Miguel.
Gracias a la cercanía con nuestro amigo antropólogo Julio Martínez realizamos los primeros contactos con don Héctor Grenni -el autor- a mediados de mayo y debido a su defensa de  tesis de doctorado en Historia de América Latina no se pudo realizar la presentación del libro y el conversatorio sino hasta tres meses después. Fue así como el sábado 15 de agosto recibimos la visita del historiador y el antropólogo, para incursionar en un tema que aun provoca reacciones encontradas.

Muchos de los que nacimos por esas convulsas épocas paradójicamente ignoramos los sucesos o los recordamos con el ineludible sesgo de quienes nos los trasmitieron. Y no es de extrañarse, en un país donde la información siempre llega tergiversada por medios de comunicación a una población que se le ha negado el derecho a conocer su historia. Ya nos lo recuerda el libro, citando una publicación de El Diario de Hoy en la que se refieren a Romero como “...un arzobispo demagogo y violento… que estimuló desde la  catedral la adopción del terrorismo…”.
La Publicación de este libro por parte de la Editorial de la Universidad Don Bosco es acertada y necesaria para los que continuamos vivos en estos tiempos que vuelven a repetir convulsión. El autor hace un análisis de la evolución de los actores principales de la época entre 1969 y 1980: “la evolución de su pensamiento y sus acciones, los cambios, las contradicciones y los conflictos”. Los actores principales fueron, según el libro y la ponencia de esa tarde: las organizaciones populares, la guerrilla, la oligarquía, las fuerzas armadas del Estado y la iglesia católica.
“… En 1980 en El Salvador coincidieron muchas situaciones que presentaban esta encrucijada histórica. El auge de las organizaciones populares, el crecimiento paulatino de la guerrilla, el intento de la oligarquía por aferrarse a sus privilegios, la búsqueda de las fuerzas armadas por encontrar alternativas a su histórico papel de testaferro del sistema, el profundo debate interno en la Iglesia católica ...”
Conocer las razones menos superficiales de la denominada Guerra de las 100 horas, la continua represión de gobiernos militares –ilegales desde el primero, de Maximiliano Hernández-, los movimientos sociales en crecimiento y desarrollo, la aparición de los grupos guerrilleros, los debates en las entrañas de una iglesia católica latinoamericana en metamorfosis y los continuos golpes de estado en nuestro país nos obliga a reflexionar qué era lo que sucedía para que surgiera tanta efervescencia social, misma que desembocó en la intolerancia de una guerra fratricida. Y es cuando echamos la vista hacia atrás y nos enteramos que en El Salvador las desigualdades sociales han sido propiciadas desde el inicio de la República. Las mismas desigualdades añejadas en nuestras venas fueron susceptibles ante las influencias de las potencias mundiales en contienda desde antes de la sucia Guerra fría.
Fueron cuatro acontecimientos que precipitaron la decisión de asesinar al líder popular: sus reclamos por la represión hacia la masiva manifestación del 22 de enero del 80 y la válida acusación a la derecha nacional; la carta enviada al presidente estadounidense James Carter, en la que solicitaba a tal jefe de estado la prohibición de la ayuda militar al gobierno salvadoreño, aparte de exigir la no intromisión en los asuntos políticos de nuestro país; y su marcado distanciamiento como arzobispo de la iglesia católica con la clase dominante. Un último acontecimiento se suma como detonante: la homilía del 23 de marzo de 1980, en la que hace un llamado público contra la represión, instando a los soldados a la desobediencia. Al día siguiente de esta homilía, un francotirador apuntó certeramente al corazón de Romero, mientras oficiaba misa en la colonia Miramonte de la capital. Investigaciones posteriores concluyeron que la derecha salvadoreña orquestó el crimen.
En el libro y en su disertación, don Héctor Grenni apuntó sin titubeos a la miopía y escasez de horizontes de los “actores principales”. Y es que ciertamente en sus manos estuvo la  solución de la problemática nacional, pero decidieron por la agudización de la misma. Esto alude a las características conflictivas de la sociedad salvadoreña y muestra de ello es el asesinato del religioso y líder popular.

Luego de la ponencia de don Héctor Grenni, al respecto de los aspectos anteriormente mencionados que tristemente reventaron la brutal intolerancia, reflejada en el asesinato de Óscar Romero en plena celebración de misa, se dio paso al conversatorio donde el público asistente tuvo la oportunidad de interactuar con los ponentes y expresar sus puntos de vista, acertando en la necesidad de cambiar los esquemas de sociedad que aun adolecemos.
Hubo tiempo al final del conversatorio para compartir algunos ejemplares del libro con los asistentes, auspiciados por la editorial y entregados por el mismo autor.


“Un poquito de amor en tiempos de guerra”, fue una frase de Enrique Bunbury en uno de sus conciertos como solista. Esta misma frase resuena en mi cabeza después de leer el libro de don Héctor Grenni que posee como título completo: El Salvador en tiempos de Monseñor Romero: Sociedad e iglesia. Procesos, dinámicas y contradicciones de un período de violencia (1969-1980).